DESPIEL
Romero se distancia de la percepción habitual del arte como magia. Nos presenta esta nueva serie, resultado de un ejercicio diferente: el del observador del tiempo. Concibe la existencia como un acto de memoria, experimentando con la identidad como un desapego perpetuo de la piel, las fachadas y el vestuario.
La piel que habito es prestada. Las pieles que me habitan han sido usadas por quienes me precedieron. Nada me pertenece y la ropa que llevo es provisional. Aunque la película que me muestra haga creer a todos a mi alrededor que solo puedo ser lo que se ve, y no lo que realmente soy. Esta colección constituye una audaz incitación a mirar más allá de las capas, densidades y texturas de la vida. Se trata de dejar atrás la ropa que usamos y mostrarla con una nueva disposición, colgada y sostenida por otros recuerdos.